El DSM-IV, hace referencia a discapacidad intelectual como “retraso mental”, y es definido como la existencia de una capacidad
intelectual inferior, expresada en un coeficiente de inteligencia de 70 o menos
en un test administrado individualmente.
Los
criterios diagnósticos que establece
el manual para el diagnóstico del “retraso mental” son:
-Capacidad intelectual significativamente inferior al promedio: un CI aproximadamente de 70 o inferior en un test de CI administrado individualmente (en el de niños pequeños, un juicio clínico de capacidad intelectual significativamente inferior al promedio).
-Déficit o alteraciones de ocurrencia en la actividad adaptativa actual (eficacia de la persona para satisfacer las exigencias planteadas para su edad y su grupo cultural), en por lo menos dos de las áreas siguientes: comunicación personal, vida doméstica, habilidades sociales-interpersonales, utilización de recursos comunitarios, autocontrol, habilidades académicas funcionales, trabajo, ocio, salud y seguridad.
- El inicio es anterior a los 18 años.
Sin embargo, actualmente, hay una
nueva perspectiva sobre el “retraso mental”, y la AAMR (Asociación Americana de Retraso Mental) mantiene en su
definición los tres criterios básicos de diagnóstico citados por el DSM
(déficit intelectual, déficit de la conducta adaptativa, aparición en la edad
del desarrollo), pero añade cinco premisas para su aplicación, que suponen un
notable cambio de perspectiva:- El inicio es anterior a los 18 años.
- Premisa 1: Las limitaciones en el funcionamiento del individuo deben considerarse en el contexto de los ambientes comunitarios típicos de sus iguales en edad y cultura.
- Premisa 2: Una evaluación válida ha de tener en cuenta la diversidad cultural y lingüística, así como las diferencias en comunicación y en aspectos sensoriales, motores y comportamentales.
- Premisa 3: Las limitaciones a menudo coexisten con capacidades.
- Premisa 4: La descripción de limitaciones debe orientarse a desarrollar un perfil de los apoyos necesarios.
- Premisa 5: Si se ofrecen los apoyos personalizados apropiados durante un periodo prolongado, el funcionamiento en la vida de la persona con retraso mental generalmente mejorará.
En definitiva, pues, en este nuevo modelo se describe inicialmente del mismo modo la discapacidad intelectual, pero se enfatiza el papel de los aspectos contextuales y los apoyos recibidos en el funcionamiento del individuo, como un complemento del papel de las condiciones neurológicas.
Por otro lado, el manual diagnóstico y estadístico de la APA ha seguido un enfoque tradicional en la clasificación de las diferentes formas de “retraso mental”. Los tipos de “retraso mental” que ha considerado son:
- Leve o ligero (C.I.: 55-70): Incluye la mayoría de los casos y se caracterizaría por el desarrollo prácticamente normalizado de habilidades adaptativas con los apoyos adecuados. Por ello, aunque su potencial académico estaría limitado a niveles de hasta 6º de Primaria, podrían llevar una vida social y laboral prácticamente normal, recibiendo apoyos o supervisión parciales.
- Moderado o medio (C.I.: 40-55): En torno a un 10% de esta población presentaría un potencial académico limitado a la alfabetización básica y aceptable capacidad comunicativa empleando sistemas aumentativos. Con la adecuada enseñanza y apoyos económicos y sociales continuados, podrían lograr habilidades adaptativas suficientes para una vida semi-independiente.
- Severo (C.I.: 25-40): En torno a un 3% o 4% de estas personas presentarían un déficit intelectual severo y enormes dificultades en el conjunto de todas las habilidades adaptativas. Con la adecuada enseñanza y apoyos, podrían adquirir destrezas elementales para colaborar en su propio cuidado y en actividades laborales rudimentarias con supervisión continua.
- Profundo (C.I.: <25). Sobre un 1% de esta población estaría acompañado de otras deficiencias y precisaría institucionalización en condiciones de total dependencia a lo largo de toda su vida.
En cuanto a los aspectos diferenciales del desarrollo estos son, a rasgos generales:
En cuanto a los aspectos diferenciales del desarrollo estos son, a rasgos generales:
- · Retraso en el desarrollo: Las grandes fases del desarrollo evolutivo y su orden secuencial son los mismos que en el desarrollo normal, pero las personas con discapacidad intelectual las recorren con mayor lentitud, mostrando por ello un desfase cronológico en la adquisición de las diferentes capacidades.
- · Desarrollo “inacabado” y “viscosidad genética”: Al mismo tiempo, en la persona con discapacidad ese desarrollo ni llega a culminarse por completo en la edad adulta, ni se completa totalmente en cada una de las fases intermedias, que se superan sólo en algunos aspectos. Este fenómeno ha sido descrito por autores como R. Zazzo como viscosidad genética, para poner de relieve que en las personas con DI ciertos aspectos del desarrollo parecen quedarse “pegados” en las fases evolutivas intermedias, sin terminar de superarlas.
- · Heterocronía del desarrollo: Como consecuencia de lo anterior, estas personas muestran en cada fase evolutiva desniveles muy acusados en el grado de desarrollo alcanzado en diferentes capacidades. Mientras que ciertas habilidades progresan de forma más o menos cercana a las pautas evolutivas generales, otras lo hacen de forma muy lenta, produciéndose perfiles muy desequilibrados.
- · Déficit de integración funcional: En el desarrollo normal, las diferentes capacidades del individuo se van diferenciando y, al mismo tiempo, se van integrando funcionalmente, pero este proceso no se produce en el mismo grado en la persona con discapacidad intelectual, que suelen mostrar una alta disgregación de sus diferentes capacidades.
Y el desarrollo en los diferentes niveles de discapacidad, es el siguiente:
-Discapacidad intelectual leve
(A) Desarrollo personal y social: Aunque a edad más tardía, llega a alcanzar completa autonomía para el cuidado personal y las actividades de la vida diaria, implicándose de forma efectiva en tareas adecuadas a sus posibilidades. Cierta falta de iniciativa y dependencia para asumir responsabilidades y realizar tareas; campo de relaciones sociales restringido.
(B) Desarrollo cognitivo: menor eficiencia en los procesos de control atencional, en uso de estrategias de memorización y recuperación de información y en el desarrollo de las habilidades metacognitivas; déficit específico de simbolización, lo que reduce las posibilidades de aprendizaje académico.
(C) Comunicación y Lenguaje: desarrollo muy cercano al normal, aunque más lento; existen déficit parciales en las habilidades relacionadas con el discurso, las habilidades pragmáticas avanzadas, y la comprensión y uso de estructuras morfosintácticas complejas; el retraso fonológico suele producir dificultades en la adquisición de la lectoescritura inicial, estando la comprensión y expresión escritas limitadas también por el déficit cognitivo general del alumno.
-Discapacidad intelectual moderada
(A) Desarrollo personal y social: precisan de la guía del adulto en la mayor parte de las actividades cotidianas y para comprender y seguir las convenciones sociales. La restricción de relaciones sociales uno de los factores que más negativamente inciden en el desarrollo personal y social de estos alumnos.
(B) Desarrollo cognitivo: área de desarrollo más problemática, pues la DI moderada asociada a déficit importante en las funciones cognitivas básicas y en el acceso a la función simbólica. Estilo de aprendizaje pasivo y dependiente, dificultades específicas en el procesamiento secuencial de la información, una notable restricción de la capacidad de la memoria de trabajo y severas dificultades de generalización.
(C) Comunicación y Lenguaje: suelen presentar alteraciones en el ritmo del habla y dificultades articulatorias asociadas tanto a causas orgánicas (disglosias y disartrias), como a un escaso desarrollo práxico y retraso importante en la adquisición del sistema de fonemas. También en la adquisición y uso de las categorías morfológicas y gramaticales, que no llegan a aprenderse correctamente. Lenguaje expresivo tiende a ser muy reducido en longitud de los enunciados, variedad léxica e inteligibilidad.
-Discapacidad intelectual severa y profunda
A nivel motor presentan gran torpeza motriz, especialmente en lo relativo a la adquisición de destrezas manipulativas. Importante déficit intelectual; desarrollo comunicativo en el que el lenguaje se reduce (cuando aparece) a un vocabulario de entre 50 y 250 palabras pronunciadas de forma distorsionada y al uso de enunciados de una a tres palabras. Debido a estos factores, alto grado de dependencia que suelen presentar tanto en la infancia como en la vida adulta. Dicha dependencia se ve incrementada por una acusada tendencia a la pasividad, limitado control de impulsos, baja tolerancia a la frustración y frecuentes conductas desadaptativas.
Las necesidades educativas son:
Necesidades del alumnado con Discapacidad Intelectual leve:
- Autonomía personal y social: precisa tanto el desarrollo de programas específicos de enseñanza de habilidades prácticas concretas, como cuidar la organización del entorno social para propiciar su participación efectiva, evitando tanto la sobreprotección como establecer niveles de exigencia excesivos. Intervención se debe orientar al desarrollo de la capacidad de autorregulación.
- Desarrollo cognitivo: el alumnado suele necesitar la adopción de medidas de adaptación curricular no significativas, basadas en la reducción del nivel de abstracción y complejidad de las tareas y en el incremento de las ayudas pedagógicas (instrucciones sencillas, vocabulario accesible,...).
- Desarrollo de la comunicación y el lenguaje: se deben utilizar mecanismos de ajuste naturales adecuados al nivel del alumno y programar actividades funcionales de refuerzo de los procesos del lenguaje (comprensión y expresión). En las primeras edades a menudo se debe complementar el lenguaje oral con estrategias visuales y gestuales de apoyo, mientras que en la escuela primaria se deben reforzar los diferentes componentes del lenguaje mediante la adecuada intervención logopédica.
- Aprendizaje de la lengua escrita y del cálculo, prioritarios utilización métodos funcionales, basados en la significatividad de las actividades de enseñanza y aprendizaje.
Necesidades del alumnado con discapacidad intelectual moderada:
- Desarrollo de la autonomía personal y social: precisan de aplicación de programas de refuerzo específicos desarrollados no tanto en aulas especiales como en los entornos naturales en que se deben utilizar las habilidades trabajadas, a menudo utilizando técnicas de modificación de conducta e interviniendo tanto sobre el alumno como sobre las personas con las que debe interactuar.
- Desarrollo cognitivo: precisar la combinación de adaptaciones no significativas y significativas del currículo, incluyendo una selección individualizada de objetivos y contenidos básicos y una metodología basada en la experiencia concreta y en el uso de todo tipo de facilitadores. Muchos aprendizajes deberán ser planificados sistemáticamente y utilizando técnicas de modificación de conducta como el modelado, el modelado o el encadenamiento hacia atrás.
- Desarrollo de la comunicación y el lenguaje: es necesario estimularlo de forma expresa en todas sus dimensiones, así como en la doble vertiente comprensiva y expresiva, combinando la intervención directa del especialista en AL con actividades funcionales implementadas en el aula de apoyo, el aula ordinaria y el hogar. Cuando posibilidades de comunicación oral estén muy limitadas deberá introducirse algún sistema complementario de comunicación.· Aprendizaje de la lengua escrita: objetivo prioritario y debe iniciarse desde la edad más temprana posible (los dos años de edad mental) mediante métodos globales de palabra en los que se trabajen de forma expresa y sistemática la frase y los procesos de análisis y síntesis fonológicos.
Necesidades del alumnado con DI severa y profunda: a menudo
requiere un adecuación muy significativa del currículo y escolarización en
centros específicos, con un currículo general adaptado, una disminución
importante de la ratio profesor-alumno, tutores y tutoras con formación
específica en EE y la dotación de todo tipo de recursos personales extraordinarios, ya que muchos de estos alumnos precisan cuidadores,
rehabilitación en fisioterapia, etc.
- Y, para finalizar esta entrada, adjuntamos una serie de enlaces que consideramos interesantes:
http://www.juntadeandalucia.es/educacion/portal/com/bin/Contenidos/PSE/orientacionyatenciondiversidad/educacionespecial/ManualdeatencionalalumnadoNEAE/1278667550468_10.pdf
Este enlace contiene un manual de atención de necesidades al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo derivadas de discapacidad intelectual de la Junta de Andalucía. En él, se tratan aspectos como la identificación y evaluación del alumnado, las necesidades educativas especiales que presentan, la atención educativa que requiere, la familia, etc.
http://www.feaps.org/conocenos.html
FEAPS es un movimiento asociativo que defiende los derechos de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y de sus familias.
La página de FEAPS en Andalucía.
http://www.feddi.org/
Esta página está dirigida a la federación española para personas con discapacidad intelectual. Se ofrece información sobre los distintos deportes que se llevan a cabo, al igual que informa sobre distintos cursos para recibir clases sobre dichos deportes. Asimismo, muestra una galería de fotos, el ranking nacional de los diferentes deportes, noticias, etc.
http://miprofedept.blogspot.com.es/2012/10/lectura-y-escritura-para-alumnos-con.html
Este enlace muestra una entrada de una profesora la cual dedica dicha entrada a exponer métodos de lectura y escritura para alumnos con discapacidad intelectual. También, las demás entradas resultan interesantes, pues nos ofrecen información sobre el autismo, trastornos del lenguaje, estimulación sensorial, estimulación temprana, apoyos visuales, cuentos, etc.
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